miércoles, 28 de febrero de 2007

Lovisa Geneviève Ekelund Widmann (contactada por Axel)

Me Cagó una Paloma

-Me cagó una paloma
-¿Qué?
-Me cagó una paloma.
-Ah, dicen que es de buena suerte
-¿Dicen?
-Si, eso dicen.
-¿Quiénes dicen?
-Oh, pos no sé, pero dicen.
Una mosca revoloteaba alrededor de la lámpara, Felipa la observó un rato. La mosca cayó atrapada en la tira de pegamento que colgaba del foco. Sus alas se estremecieron una vez más junto a los cadáveres de otros insectos. La tele zumbaba cada 2 minutos y los power rangers desaparecían por un momento.
-¿Una mierda saca otra mierda entonces?
Su hermano no le contestó.
-Fausto, ¿Una mierda saca otra mierda entonces?
-¿Qué? ¿Qué? ¿De que hablas?
-¿Qué si una mie….
-¡Felipa! ¡Fausto! ¡A comer que ya es tarde!- interrumpió la madre. Se sentaron en la mesa.
-Mamá, hoy me cagó una paloma en el zócalo
Su madre alzó las cejas y dijo:
-¿Y qué? ¿Me vas a decir que por eso llegas una hora tarde? ¿Y mañana que va a ser?
-Ma, sólo decía que…
-Ya mija, cállate la boca. Tu crees que yo no sé que te la pasas con tu amigo ese el pelón.
-¡Aaay mamá!
-Tu noviecito ese no te quiere. Ya te lo he dicho y redicho. Nomás te ve madurita y ya esta ahí a ver si aflojas mija.
-¿Y a ti si te quiere papá no?- preguntó en un tono sarcástico.
Su madre le soltó una bofetada, Felipa cerró los ojos y se metió la sopa a la boca.
Horas después, Felipa veía la novela cuando escuchó el carro de su papá.
-Hola pa
El contesto con un gruñido
-Oye pa, hoy me cagó una paloma en el parque
-¿Y a mí que chigaos me importa?
-Y mamá me dio una cachetada
-Vieja culera- contestó el.
-¿Y la paloma?
-Culera también
Al día siguiente, recorría el parque buscando a Raúl o el peloncito ese como le decía su mamá. Lo encontró y lo abrazó por detrás.
-¿Qué onda bonita? ¿Cómo estas?
-Bien, gracias. ¿Tu crees? Ayer me cagó una paloma.
El soltó una risotada. Ella le dio un beso.
-Entonces, chiquita, dime, ¿Hoy si te vas a dejar?
-¿Qué cosa?
-¿Cómo que que cosa? Te he esperado un chorro ya.
-Pero no quiero Rau. Además ayer me cagó una paloma.
-¡No me cambies de tema carajo! No te va a pasar nada
-Que no quiero y punto.
-¿Y punto?
-Si
-Órale y punto entonces- dijo Raúl.
-¿Qué?
-Pues se acabó y punto
-¿Entonces que? ¿Sólo para eso me querías verdad?
-Ay ni te hagas pendeja, que bien que quieres tu también.
Caminó a su casa forzando a sus lágrimas a correr por su garganta y no por sus mejillas. Abrió la puerta y encontró a su madre y a su padre saliendo.
-Tu agüe se puso mala, nos vamos para el hospital- dijo su mamá
-¿Qué le paso?
-Ni te hagas como si la quisieras chamaca- se despidió su padre
-Cuidas a tu hermano- dijo la madre
Cocinó y paso la tarde recorriendo ambigüedades. Por la noche, su hermano dormía en la litera de abajo. Ella bajo y se asomo por la ventana. Los camiones recorrían la avenida, el sonido de los mismos se acercaba sólo para volverse a alejar. Felipa volteó el rostro y miró a su hermano que yacía con la boca abierta.
-Fausto, me cagó una paloma. ¿Una mierda saca a otra mierda? No Fausto, las palomas no traen buena suerte.

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